¿Te ha pasado que tus plantas de albahaca no duran tanto como quisieras? ¿No sabes cómo cuidarla para que sea eterna? ¡No te preocupes, venimos al rescate de tus albahacas! Hoy te traemos los mejores consejos para cuidar tus plantas de albahaca y mantenerlas verdes y sabrosas durante mucho tiempo.
La albahaca, además de ser una de las hierbas más aromáticas y deliciosas, tiene ciertas particularidades que es fundamental tener en cuenta para su correcto cuidado. Por ejemplo, esta planta se siente cómoda en un ambiente con temperaturas entre 20 y 25 grados, por lo que debemos evitar el calor excesivo para que no se marchite.
Para cultivarla en zonas con climas más cálidos, es aconsejable proporcionarle sombra de vez en cuando para evitar que las altas temperaturas la quemen. Por esta razón, la albahaca también se puede desarrollar muy bien en el interior de tu hogar, donde puedes controlar mejor las condiciones climáticas.
La poda adecuada es clave para que la albahaca se mantenga saludable y con un crecimiento óptimo. Para podarla correctamente, es importante fijarse en la disposición de las hojas respecto al tallo y cortar justo por encima de la intersección donde las hojas crecen perpendicularmente al tallo. Esto ayudará a que la planta ramifique y crezca más frondosa.
¡Pero eso no es todo! La poda de la albahaca también puede ser beneficiosa para tu cocina. La parte que cortes puede ser utilizada en deliciosos platos y elaboraciones culinarias. Desde aromatizar salsas hasta darle un toque especial a tus ensaladas, la albahaca recién cortada siempre será un acierto.
Además, puedes propagar fácilmente tu albahaca y hacerla durar para siempre. Te presentamos dos métodos para lograrlo:
Método hidropónico:
Paso 1: Corta un tallo de albahaca, asegurándote de que tenga varias hojas.
Paso 2: Coloca el tallo en un recipiente con agua, asegurándote de que las hojas no toquen el agua.
Paso 3: Mantén el tallo en agua durante unos días para favorecer el enraizamiento.
Paso 4: a vez que veas que han salido raíces, trasplanta el tallo a una maceta con sustrato y ¡listo! Tu nueva planta de albahaca está en camino.
Método convencional:
Paso 1: Corta un tallo de albahaca de manera similar al método anterior.
Paso 2: Retira las hojas más grandes de la parte inferior del tallo.
Paso 3: Entierra el tallo en una maceta con sustrato, dejando solo las hojas superiores fuera del sustrato.
Paso 4: Riégala con cuidado y en poco tiempo, ¡verás cómo tu albahaca se arraiga y crece fuerte y saludable!
Ambos métodos funcionan muy bien, pero si buscas una opción más sencilla y que requiera menos atención en el riego, el método hidropónico puede ser la elección perfecta.
Con estos consejos, podrás disfrutar de albahaca fresca y sabrosa en tu hogar durante mucho tiempo. Así que, ¡manos a la obra y a cultivar esta aromática tan rica!